Para todos los que quieran ser escritores independientes les tengo que decir algo: no está tan chido. Muchos lo hacen ver fácil y por más simple y viral que pueda parecer un escrito, en realidad es una extraña cuestión de perseverancia, suerte y estar preparado para lo que viene. Pero la neta, esto de ser escritor independiente o ya de perdido ser escritor no es para todos. Recuerdo que una vez en un taller le pregunté a una chica ¿por qué quieres escribir? Y me dijo: quiero ser famosa. Y le dije, la neta por ahí no va la cosa. Buscar la fama a través de la escritura sólo demuestra que no sabes nada de escribir y mucho menos de escritores. ¿Acaso Hemingway en un bar de La Habana andaba pensando en que a sus lectores no les gustaría su próxima novela? ¿Acaso Bukowski siendo un don nadie la mayor parte de su vida hubiera dejado de escribir si no hubiera sido famoso? A los verdaderos escritores lo que el mundo opine ni les interesa. Se escribe porque eso se trae con uno. Se escribe casi todos los días, uno no se anda con esas lloriqueaderas de “ay es que no hay inspiración” “es que necesito que me rompan el corazón” los sentimentalismos son impulsos pero no pueden crear hábitos. Tampoco creas que porque escribiste uno o dos textos o porque ya tienes una libreta con poemas sin ritmo ya eres escritor. Eso ni es el comienzo si quiera. Los escritores en México en su gran mayoría tienen otros empleos porque no logran consagrarse ya que siempre cargan la consigna de que en nuestro país la gente no lee y su nivel cultual es bajo y por ello se resignan porque desde su trinchera no son capaces de provocar la más mínima muestra de interés para cambiarlo. Lo más interesante de ser escritor no es tener un bestseller o alcanzar cierto reconocimiento, sino mantener el ánimo por la vida como un fuego fatuo que te impulsa a seguir queriéndote comer el universo con las palabras. Deja tú, no está tan chido ser escritor independiente porque te abres a la gente y la gente a veces abusa de tu disposición y te reclaman cosas, te exigen que seas como la imagen que ellos crearon de ti y hasta te hacen saber que los decepcionaste solamente porque hablas mal de su partido político cuando tú hablas de lo que está mal por igual porque nadie te paga por ello y tu deber es escribir.
Les digo que no es para todos, porque si te vas a ofender o ganchar con el primer idiota que critique tus textos seguramente nunca vas a sobresalir; porque la mediocridad de los resignados te arrastra con ellos cuando les intentas demostrar que tienes valor por lo que haces. Tampoco es bueno volverse escritor solo porque crees que le escribiste un par de poemas buenos a tu ex. Deja tú, si un día decides publicar tu libro vas a tener que invertir en un editor, luego en un diseñador para la portada de tu libro y también en imprimir tu primer tiraje porque definitivamente ya nadie te lleva a la cima por talento sino por los números que puedas generar. Vas a gastar tus ahorros, tu paz mental, tus amigos que dicen apoyarte ni le van a dar like a tus publicaciones cuando vean que ibas en serio porque tu iniciativa les recuerda su mediocridad o conformismo.
Y peor aún: si un día dejas atrás todo lo que te digo y continuas te vas a encontrar con más idiotas que te van a decir que tuviste suerte, que tienes pactos con políticos o que eres un iluminati. Van a inventar historias de tu vida que hasta comenzarás a dudar de ti mismo y creer que son ciertas. Esa es la parte incómoda de progresar: no entender por qué a pesar de que no te metes con nadie la gente cree que tiene el derecho de meterse contigo porque su narrativa de vida no les llevó a ningún lado.
Y luego deja tú, si tus textos se vuelven tan virales y comerciales tienes que soportar que un montón de marcas e influencers se los adjudiquen restándote a ti mérito. Verás a otra gente famosa admirar a otros famosos por cosas que escribiste tú y las hicieron pasar como propias. No te van a pagar nada y vas a darte cuenta que los registros de derechos de autor fueron una pérdida de tiempo y dinero.
Pero sí a pesar de todo lo que te dije, no te importa y tampoco tienes expectativas porque lo quieres hacer ya que se te hincha uno de tus aparatos reproductores. Entonces quizás, llegues a sentir la verdadera felicidad y adicción de un escritor: ir hasta el final.
Quetzal Noah