Supongamos que una noche de viernes te invitan a una fiesta. Como siempre, no te arreglas mucho para no verte tan pretensioso y tampoco luces ropas viejas para no verte tan demacrado o que crean que eres ese tipo de personas que no cuidan de su persona. Te pones de acuerdo con tus amigos para ir en el coche de alguno de ellos a la fiesta y llegar en grupo. Esa noche tú solamente vas a hacer por lo que te conocen en las fiestas: ponerte ebrio, tirarle rollo a las morritas hasta fastidiarlas, y luego querer pelear con alguien solo porque estás enojado con tu vida porque no tienes coche y tienes que ir a la universidad en camión, y aparte de que tienes que ir a la universidad en camión odias la carrera que elegiste porque te garantiza un buen trabajo pero realmente no te miras monitoreando embarques ni asistiendo a conferencias empresariales porque eres un bohemio y quieres andar con tu guitarra viajando entre trenes por distintas ciudades. Y supongamos que esa noche, por una razón de esas que rara vez ocurren y le pueden ocurrir a cualquiera la suerte ha tenido buen humor y anda bondadosa contigo y por ello te pone en la entrada a una chica de cabello rojo con pecas en el rostro, esa chica que le brillan los labios como una ciruela fresca y sus ojos son claros como los pensamientos que llegan a tu cabeza como síntoma tras haberla contemplado un largo rato. Supongamos que estás tan acostumbrado al rechazo porque no tienes buenas técnicas, sin embargo, lo intentas y lo intentas, te han rechazado otras veinte chicas, así que eso del temor ya no va contigo porque bien sabes en el fondo que todo podría seguir igual, aun así ,tú te diriges a la mesa donde ella está tomando refresco con papas fritas junto con su amiga inseparable que la cuida de que tipos nefastos como tú intenten si quiera tener su número. Entonces te acercas a ella, uno de tus amigos habla con ella, eso significa que hay un set abierto para competir por su atención o para pasar a una buena charla. Tu amigo la trata de hacer reír, tú llegas contando un chiste, dos, luego dices uno medio sucio que a ella no le agrada, te detienes y cuentas aquel chiste tierno de la ranita que cruza para Estados Unidos y se echa a reír. Tú bebes tu cerveza, la casa está llena y te sientes bien porque aunque no lo parezca tú en ese momento estás creyendo que tienes la oportunidad de pedirle su perfil de facebook, tienes que ser cauteloso con la pregunta, rápido, contundente, que ella no piense que eres de esos tipos que le escriben ebrios en la madrugada esperando despertar con ella, así que te acercas y le preguntas ¿oye cómo apareces en face? Y ya te lo dice, tienes ahora la información que necesitabas, en un futuro puedes seguir platicando con ella. Le cuentas de aquella vez en la que te perdiste por el desierto por andar buscando mescalito y que viste unos perros de luz junto a la orilla de la carretera, ella te mira con estupor y curiosidad porque ama los perros y las historias extrañas, hasta que llega su amiga a apartarla de tu lado, tú de alguna manera ya no piensas en perder la atención que habías conseguido así que vas a la hielera que está llena de cerveza y finges que un chico te empuja para tener un motivo que te provoque enojo y así comenzar a hacerla de pedo para invitar a ese tarado a una pelea en el patio de la casa, tendrás la oportunidad de demostrar tu fuerza y valor, en el fondo esperas que ella con su cara tierna sea de esas chicas que tenían fantasías con el Club de la Pelea y que al verte luchando eso le recuerde a que tienes un buen instinto de supervivencia y por ello serías un candidato con buenos genes para reproducirse. El único problema es que al tarado que provocaste sabe pelear full contact y muay thai, le atinas al primer golpe en la cara porque estaba descuidado, después él te tira una patada debajo de los chamorros y tratas de esquivarla brincando, tu pie no sienta bien en el suelo y se dobla por lo que él remata con una patada que te tira y antes de que puedas levantarte un puñetazo en la cara te ha cerrado los ojos, los siguientes segundos duran horas para ti, en realidad solamente te tiró chingazos durante un minuto, la pelea termina porque uno de tus amigos los separa. Te das cuenta que ella no está, no se enteró de la pelea, sales de la casa, con el rostro sangrando y un ojo a punto de estallar, ella ni siquiera nota que estás mal.
Han pasado casi tres semanas de aquella fiesta, ella te ha aceptado entre sus amigos del face, pero siempre tarda mucho en contestar, casi no te pone atención. Lo más bonito de todo es que a ti no te importa y no por qué no tengas amor propio sino porque te parece tan romántico y disfrutas esa indiferencia que hace que parezca que todas las canciones que pasan en la radio fueron hechas para ti en el instante en que la estás pensando que es casi siempre. Luego te enteras que vive en una colonia de gente que probablemente tenga una quinta campestre en la carretera nacional, que ella tiene un auto y te resignas porque cada vez parece más inalcanzable. Una noche de sábado te encuentras en casa de uno de aquellos amigos que fue a la fiesta y hablan de ella, tú borracho les dices que hablas con ella, que medio te tira el pedo, hasta que se te hace costumbre en tono de broma porque les parece gracioso que alguien como tú tenga tanta imaginación. Pero una tarde cualquiera de esas en las que estás en casa ella te escribe un mensaje para preguntarte ¿qué vas a hacer hoy? No te resistes ni te haces el interesante y le dices que nada y ella te dice que tiene que hacer una tarea para una materia y el trabajo es entrevistar a una persona que haya viajado mucho y aunque sea real lo que te está diciendo a ti te parece que has tenido un poco de suerte y que ella se ha inventado un ingenioso pretexto para invitarte a salir. Entonces supongamos que no tenías ningún plan por la tarde y ella te recoge cerca de la universidad, se saludan, parece que tuvieran tiempo de conocerse y van a un lugar coqueto a tomar algo, tú pides cerveza y ella una limonada, te das cuenta de que no bebe así que no puedes abusar del alcohol para no arruinar lo que apenas comienza a marchar bien. Ella saca su computadora y te pide que le cuentes de tus aventuras, le hablas de aquella vez que te intentaron violar en un hostal gay en Guadalajara y de cuando conociste a una chica que te llevó a Puerto Vallarta y a media noche mientras estaban tirados en la arena vieron salir una tortuga del tamaño de una camioneta. Luego le hablas de la vez que ibas caminando por la carretera en el desierto y que de tu espalda salían rayos de luz. Ella deja de escribir y escucha atenta todo lo que dices, pareces más interesante de lo que crees y de lo que ella supone también. Ella termina su limonada y tú tu cerveza, ella te pide que la dejes pagar porque ella te invitó y te dice que te llevará a tu casa. Como se está haciendo tarde y no termina su tarea te pide que se vuelvan a ver y lo hacen; se ven en tu casa, ella te hace una serie de preguntas, saca su computadora para tomar notas, después le invitas un jugo porque no toma café. Ya en la plática le hablas de los profetas que eran extraterrestres y después ella toma tu guitarra y se pone a tocar, ve tus libros y le regalas uno de poemas. Ella se tiene que ir, por dentro te rompes un poco porque es el fin de un hermoso cuento, porque lo que parecía improbable se ha hecho realidad en tu vida y es más aterradoramente bello y sublime de lo que imaginabas: la chica con la que fantaseabas te invitó una cerveza, se puso a escuchar tus historias y fue a tu casa a visitarte. Ella toma las llaves de su camioneta, la ves que abre la puerta y tú la miras pensando en que ningún pretexto que tengas para que ella se quede la detendrá, parece que sus movimientos se hacen lentos y te mira nuevamente, tú la ves, sus miradas se han encontrado y es cuando ella te dice “Oye deberíamos salir otro día que no tenga tareas”. Y supongamos, que, te puede pasar a ti, pero tienes la manía de sabotearte, eres muy pendejo para merecer que esas cosas te pasen.