Cuando parezca que falta la inspiración para escribir no tienes que estimular tu imaginación con una gran peda o una buena aventura fuera de casa, aunque en la mayoría de los casos eso ayuda mucho. Yo te recomendaría simplemente que encuentres un lugar cómodo donde te disfrutes a ti y disfrutes el mundo pasar. Yo por ejemplo tenía mi lugar favorito, estaba frente al Tec de Monterrey, estaba en un segundo piso, si llegabas antes de las siete de la noche podías pedir un tarro de cerveza de un litro por cincuenta pesos y servían unas pizzas muy buenas. Me gustaba llegar ahí los jueves a eso de las cinco de la tarde, yo soy de esas personas que hablan mucho y dicen mucho, por lo que me resultaba difícil encontrar compañía para conversar por las tardes, aparte de que poca gente se quería saltar las clases. Yo tenía que ir a la universidad los jueves, pero iba un jueves sí y uno no, así no perdía el ritmo de las clases. Cuando llega el verano en la ciudad el calor a cuarenta grados me pegaba en la terraza con un tarro de cerveza, era delicioso, los labios humedecidos por la espuma de la cebada y el cuerpo deshidratándose trago tras trago, cuando el sol casi se ocultaba encendía el primer cigarro y me imaginaba una historia de un tipo que entra a un bar y pedía un tarro y conocía una chica misteriosa y mientras la intentaba ligar pummm una explosión se escuchaba cerca del lugar y ambos tenían que encontrar la manera de correr hacia el auto de uno de los dos antes de que otro explosivo los alcanzara y para cuando salieran se dieran cuenta que una gigantesca nave sacaba un rayo succionador que iba desapareciendo a la población de la ciudad. Así me ponía a viajar mientras veía los rostros de las personas que conducían, siempre pensando que todo va muy rápido, que ya era jueves y que apenas el lunes estaba extrañando el sabor de la cerveza en la terraza, y pensar en el tiempo me genera una ansiedad terrible, que se acaba la juventud, que la piel se arruga, que el cuerpo ya no resiste igual a las enfermedades, que uno se pasa demasiadas hora esperando a que ocurran los milagros y que en la preparatoria no imaginaba que todo iría tan rápido, dicen que después de los veinte esto se pone peor, en un abrir y cerrar de ojos llegarás a los treintas y probablemente tengas hijos, por las estadísticas que se manejan actualmente tal vez estés en tu primer divorcio y tendrás que pensar en todo de nuevo, muchos creen que pueden resolver sus problemas de un día para otro, cuando creces te das cuenta que no tienes nada seguro así que recorres a los libros de autoayuda buscando respuestas y con tu compra otorgas la seguridad financiera a un autor que probablemente se hizo las mismas preguntas que tú ahora y está viviendo con un estilo menos estresante. Mientras se acaba mi cerveza no solamente pienso en esas historias, también escribo poemas en la servilleta, cuando la mesera es linda se los regalo, ella me deja una sonrisa amable y yo le doy aparte una propina, uno nunca sabe quién está trabajando por gusto, por sus sueños o porque necesita distraer su cabeza para que no se le llene con pensamientos ansiosos, lo bueno de la clase trabajadora es que tienen menos problemas a desarrollar ansiedad y depresión porque el trabajo les mantiene distraído de esas pendejadas. Y yo estoy en la terraza, pensando en lo que tengo en la ciudad que sinceramente no es mucho, tengo la constante sensación de que no pertenezco a este lugar, que anhelo poco y lo poco que anhelo no es algo que me pueda mantener atado una larga temporada, y pienso en cómo sería si me voy de aquí, si escribo novelas de terror en un pueblo donde nadie me conozca, si me voy a trabajar de mesero a Playa del Carmen o Los Cabos, si con el dinero que estoy ahorrando deba comprar un auto y llegar hasta la Patagonia. Me pregunto qué estoy esperando, ah, ya lo sé, terminar de estudiar, espero que cuando ocurra no me ponga muchos pretextos para quitarme esta náusea que no es más que un síntoma del desespero por salir de esta ciudad. Pero te digo, cuando te falte la inspiración, podrías hacer lo mismo que yo, ir a ese lugar donde estás solo con tus pensamientos y recuerdas tu peor cumpleaños o la vez que le llevaste serenata a una chica y ella no estaba en su casa y así reírte un poco del querer tener todo bajo control.
Hola buenas noches!! Un gusto poder leer tus libros, me encanta leer y empaparme del buen gusto,,, hace tiempo eh querido escribir un libro acerca de mi vida pero lamentablemente no cuento con los recursos. Gracias por compartir algo de ti… Bendiciones!!! Saludos desde Torreón Coahuila.