La puerta sonó y era un empleado del servicio de mensajería. Traía una caja un poco pesada. La puso en el piso. Le firmé un recibo. Abrí la caja y ahí estaban de nuevo: mis libros recién impresos. Comencé a hojearlos y a olerlos. La emoción ya no es la misma como la primera vez. Quizás porque ya aprendí el proceso. Hay veces que me pregunto si tiene sentido seguir escribiendo, si éste camino debería seguir siendo recorrido. Salgo al parque a caminar y veo personas de todas las edades y me pregunto ¿escribirán? ¿sabrán el poder que hay en las palabras? Sé que deben tener profesiones más importantes que las de un escritor, entonces si no escribo yo, ¿quién más lo haría en mi comunidad? Regreso a casa. Los libros están ahí. Estoy por lanzar otro. ¿Alguien se pregunta cómo se escriben? La pregunta no tiene nada qué ver con la inspiración.
¿CÓMO ESCRIBIR UN LIBRO?
El proceso de centrarse en escribir un libro tiene muchas variantes, posibilidades y distintos senderos. Si me preguntan cómo lo hago; puedo decir que a pesar de que ya han pasado seis años desde que saqué el primero aún no tengo un sistema definido. Quizás conozco formas de hacerlo, pero van evolucionando.
Lo más común es que comience a escribir con la idea de un título. A la semana o al mes suelo abandonar esa idea y me surge otro nombre para la obra. Sigo escribiendo, escribo poesías, cuentos, reflexiones, hago viñetas, dibujos, tomo notas en mis diarios, repaso mis palabras. Cuando ya han pasado un par de meses noto que tengo material suficiente para pasarlo a un archivo. Trato de que cada página tenga suficiente contenido o al menos de calidad. Hoy en día uno se topa con libros donde las hojas tienen apenas dos o cuatro líneas y me parecen una deshonra a la memoria de los árboles.
Lo más importante no es juzgar el trabajo de inmediato. Me refiero a que si escribes un poema o un cuento y lo publicas y no tienes los likes o los comentarios inmediatos; no significa que sea malo. Hay que dejar que la obra tome forma y eso se logra cuando escribir se vuelve un hábito placentero donde más que enfocarse en un propósito se busca encontrar un estilo o voz propia.
Los libros de poesía tienen un grado de dificultad más alto, puesto que una vez plasmados en papel uno no los siente tan buenos porque ya no tiene la pulsión creadora que surgió al momento de escribirlos. Tal vez sea una cuestión de neurotransmisores. Tal vez es la insatisfacción natural del artista que constantemente anhela que el resultado raye en lo perfecto.
Una vez que se reúnen suficientes textos no es indispensable que el libro sea un género en específico. Se pueden alternar reflexiones con poemas, poemas con cuentos, cuentos con alguna novela corta. Yo recomendaría no mezclar más de dos géneros en un libro para pulir mejor su esencia. Yo por ejemplo en Mezcalero puse cuatro relatos al final del libro y El libro tinto para charlar con el que no vino tiene una sección de historias cortas en la segunda parte.
TOMA EN CUENTA EL GASTO
¿Qué sigue? Sigue la inversión, con ello me refiero al gasto de edición, maquetación y producción. El gasto va desde los tres mil quinientos hasta doce mil pesos. Hoy en día que es más sencillo autopublicarse muchos jóvenes sueñan con que una editorial haga nombre con ellos lo cual a veces resulta un sueño muy guajiro. Si se quiere tener un libro hay que invertir recursos en él. Veo por muchos lados jóvenes escritores que desisten de concluir su proyecto de publicación porque prefieren gastar el dinero en cosas más novedosas al enterarse de que éste, pues es un gasto fuerte como todo ¿Apoco los materiales del pintor son baratos? ¿Es barata la producción de un disco? ¿Es barato contratar músicos para grabar una rola? ¿Es barato editar un vídeo cuando no se tiene conocimiento? Si se tienen conocimientos de in design o de maquetación en Word se podría ahorrar un poco el gasto de la edición. Si se tiene buena gramática y ortografía tal vez uno pueda prescindir del editor. Es una cuestión de balance entre tiempo y dinero.
Quetzal Noah
Algo que paso por mi mente el día de ayer cuando no podía dormir,Hay tantas cosas que queremos decir y hacer todo el tiempo, algunas veces tenemos el valor y otras no; pero siempre se sigue adelante, algunas veces son esas pequeñas preguntas de cosas insignificantes las que no te dejan dormir, aquella que gritan con todo su ser querer ser expresadas, supongo que es a lo que muchos escritores llaman inspiración, arte para algunos y un montón de palabras sin sentido para muchos otros.
Y si nos preguntamos cuantas veces enserió pensamos lo que el autor quería decir cuando escribió esas palabras, el arte se puede interpretar de muchas maneras y la escritura es un arte tan audaz que cambia solo con el conocimiento, muchas palabras a lo largo de nuestra vida van tomando significado y mediante crecemos y se convierten en una herramienta crucial para poder expresarnos, hay tantas palabras y tantos significados y dependiendo del idioma miles de interpretaciones cultural y verbalmente; pero que se necesita en realidad para entender a texto ? Si es poesía muy probablemente una pasión por expresarte abstractamente y poder sentir el ritmo que cada verso expresa, una pequeña historia contada de una manera muy simple, que se diferencia mucho de un texto técnico o un libro de fantasía, que se esmeran por explicar detalle a detalle no importa la cantidad de palabras que se requieran en el procesó, lo hermoso es que cada texto en algún momento encontrará a alguien que le dará un sentido único y personal, el cual pueda se aleje mucho de la idea original de autor pero eso es lo hermoso de la libre interpretación, que cada persona es un universo completamente diferente y cada punto de vista radica en cada individuo y su manera de interpretar la realidad.
EXCELENTE.ME DA GUSTO QUE TE HAYA SERVIDO EL POST.