Siento que a pesar de que tenemos demasiada información y acceso a internet la gran mayoría de las personas no sabe para qué usarlos. Es triste ver cómo crecen los sitios de noticias falsas, las estafas en el internet de algunos pseudo millonarios que les prometen abundancia a la gente y les venden cursos de miles de dólares, o chicas nuevas abriendo el OF porque quieren facturar y su modelo a seguir es Karely Ruiz. La pobreza en el mundo occidental crece porque las personas son envidiosas y sólo ven por sus intereses mientras que, del otro lado, en China, por ejemplo, todos aprenden unos de los otros y tienen la cultura de la apreciación de lo ajeno y no se disminuyen ante lo que otro puede tener. Porque lo que otro tiene no significa que no pueda ser para mí también, significa que hizo algo que yo simplemente, no estoy haciendo. PERO BUENO, para eso son los datos, la info.
Y ya que estamos en esas te quiero platicar de algo que me pasó la semana pasada. Resulta que el lugar donde vivo tiene un servicio de vigilancia. No es el mejor servicio del mundo. Los outsourcings de vigilancia en México son un abuso a la dignidad de las personas más ignorantes y vulnerables. Les pagan una mierda por turnos de doce horas, doblan turnos y en ocasiones me toca ver a guardias desvelados, hambrientos y con un rostro desorbitado luego de permanecer casi un día y medio sin descansar.
Es triste sí, pero a qué voy con esto. Hace un par de semanas me volví más analítico ¿por qué? Bueno si vieras mis stories en instagram lo sabrías. El punto es que se paga una cuota por este servicio de vigilancia. Y el fin de semana pasado se entró en una discusión si era viable seguir pagando el servicio de vigilancia en una de las colonias más alejadas del centro de la ciudad de Mérida.
Yo argumenté en el grupo de señoras chismosas y paranoicas de vecinos de la privada que:
-La tarea más laboriosa de los vigilantes es levantar la cadena.
-Debido a sus limitaciones intelectuales la mayoría de ellos no logra aprender a corto plazo quiénes viven en un área no mayor a cuatrocientos metros cuadrados.
-La condición física de los guardias no les permitiría responder de la mejor manera en una situación de emergencia como un robo, un asalto o una crisis de salud.
-La paranoia colectiva es más grande que la sensatez de la realidad y que los índices en la zona de delincuencia no escalan ni siquiera en un gráfico de los datos del gobierno de la ciudad.
Algunos vecinos respondieron que últimamente estaban asaltando y robando mucho y pregunté ¿A quién? Me dijeron a que al primo de un amigo y pregunté ¿te consta? Otros me mostraron fotos de una nota en un diario de un asaltante y pregunté ¿en qué lugar pasó? Y tampoco supieron decirme. Bajo estas premisas, deduzco que vivo en un barrio lleno de gente sumamente predecible y programada para sólo existir y que vivirán la mayor parte de su vida cuidando algo que no se van a llevar o que sus hijos van a pelearse. Y realmente eso es más peligroso, porque, uno no tiene que entender cómo funciona un sistema sino cómo falla y eso cualquier persona con habilidades delictivas lo sabe. También me di cuenta de que ni siquiera saben sus derechos como ciudadanos cuando pregunté ¿Y si mejor vamos a la Secretaría de Seguridad Pública una junta de vecinos y pedimos mayor patrullaje? Y alguien por ahí preguntó ¿A poco se puede eso?
Lo único que sé es que la gran mayoría de las personas sigue sin distinguir entre lo que cree que sabe y lo que en realidad le consta.
Y bueno, ya que leíste todo te mereces un libro
Curioso, porque mi grado de lectora es poco y gracias a estos pequeños escritos que compartes puedo decir que ya en mi día dediqué tiempo a lectura que dejo al nuevo en mi