Soy regio pero en los últimos años he vivido entre Chiapas y Yucatán. Algo que sin duda me gusta del sur y sureste mexicano son sus inigualables botaneros. Pides una cerveza y te están pasando platitos con botanas para picar. Van desde costillas fritas, caldo de camarón, ceviche, frijoles refritos, orejas de puerco, longaniza, butifarra y muchas otras cosas más.
Lastimosamente en Monterrey se ha tergiversado el concepto tanto así que siento que mucho tiempo a los regios nos han querido ver la cara de pendejos con lugares como «Botanero (inserte nombre)» que de botaneros no tienen nada o la única botana son chicharrones o un plato de cacahuates. Y a eso agregar que la cerveza en esos lugares no baja de los cincuenta pesos.
La mayoría de la gente que viene a Monterrey o que no lo conoce muy bien viviendo aquí, se deja apantallar por lo sobrevalorado del Barrio Antiguo que aparte de caro deja mucho que desear en cuanto a calidad.
Sin embargo, los lugares de tradición, prevalecen. No los ves porque aquí no vienen los influencers y qué bueno. Estos lugares no necesitan pagar a nadie para decir que son buenos. Y qué bueno, para así evitar que se gentrifiquen en exceso como ha sucedido en Mérida donde una cerveza en un botanero pasó de costar 30 a 70 pesos en menos de dos años.
A unos diez minutos caminando desde Fundidora, en una esquina de Tapia hay un lugar que no tiene ninguna publicidad. Sólo alguien del otro lado te grita y pregunta ¿estás buscando…? Como si de un lugar misterioso se tratase. Al entrar te encuentras a la gente de Monterrey, desde los señores que trabajaban en Cervecería y Fundidora hasta los oficinistas que llevan años laborando en el centro.
Al pedir una cerveza carta blanca te pasan un plato de tostadas al carbón y una crema de chícharos. La cerveza cuesta 35 pesos y sabe de puta madre. Aquí no hay música en alto volumen. Aquí la gente viene a conversar del fútbol, la falta de agua, la ciudad creciendo y la política. El menú es sencillo: asado de puerco, cortadillo, bistec y costilla; eso sí, muy al estilo regio.
Si pensabas que en Monterrey no teníamos tradicionales botaneros como en Yucatán, Chiapas o Oaxaca, es porque no has conocido bien la ciudad. Pero la mayoría están en el primer cuadro del centro que abarca de la Colonia Obrera hasta la avenida Juárez, con el paseo de Santa Lucía y la Avenida Madero como límites.
Quetzal Noah