Mundos sutiles

¿Tuviste un encuentro con un extraterrestre?

Quizás la parte más compleja de entender que ellos ya nos han visitado o habitan este planeta siendo imperceptibles para la gran mayoría de la gente es que no hemos podido establecer un contacto físico como el que acostumbramos a  interactuar con otras especies y ambientes en nuestro planeta.

Nuestros métodos de comprobación nos limitan a probar los hechos mediante la observación y las mediciones.  Y es aquí donde tiene sentido que entre los reinos sutiles ellos traten de establecer un contacto con nosotros para decirnos que están aquí.  Los reinos sutiles son aquellos que escapan de nuestra comprensión racional de los fenómenos: la telepatía, clarividencia, abducciones, visitas a otros mundos en estados profundos de trance, sueños lúcidos, percepción de campos energético. Nosotros apenas y conocemos una pequeña parte de lo que nuestra energía mental y lo que la vibración de nuestros pensamientos y ensoñaciones son capaces de producir.

En su libro En Contacto el investigador del fenómeno ovni, Alan Stinfield junto con otros colegas, explican una situación bastante interesante sobre el contacto con estas entidades. Si a lo largo de tu vida viste a una luz extraña, un objeto en el cielo, una entidad desconocida o un viaje interplanetario entre sueños, y si esto no fue una sola vez,  sino que se ha repetido o te ha llevado a otros acercamientos de estos fenómeno; entonces no estás tan loco como creías, y es que una vez que logras percibir su contacto, éste será recurrente, pues de alguna manera u otra tú te has prestado para establecer éste acercamiento.

Sé que una vez que eres consciente de esto tu mente racional tratará de bloquear ciertas experiencias si es que esto te asusta. Ahora piensa, si esto para ti es difícil  de asimilar,  imagina cuando tratas de explicarlo a otras personas quienes tiene una percepción muy limitada y toda su existencia se ha limitado a acumular bienes materiales, buscar la fama o preocuparse demasiado por su aspecto físico. Es como si le dijeras a un bebé recién nacido que viste un ballena de diez metros, y aunque fuera cierto, sería inútil explicar porque su mente no está lista para interpretar y codificar un lenguaje, también porque el mundo es completamente nuevo para él y desconoce otras formas de vida y conceptos que le ayuden a formar una idea.

San Agustín tenía una parábola para ejemplificar lo limitada que era nuestra comprensión. Había un niño en la playa haciendo un hoyo en la arena y cada vez que cava a más profundo traía una cubeta con agua y la vaciaba dentro. Una persona que pasaba le preguntó ¿qué tratas de hacer? Y el niño respondió que quería meter el mar en ese pozo.

El mar es el universo y el hoyo nuestra mente, hay una infinidad de mundos y dimensiones que son incomprensibles a nuestra mente porque nuestras ideas y experiencias interactúan en un espacio finito y limitado.

 

Quetzal Noah

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