La mayoría de nuestros autosabotajes no es por lo que dicen otras personas de nosotros sino por lo que creemos de sus palabras.
Yo creo que en México los niños y adolescentes tienen una autoestima baja por el entorno familiar en el que crecen. Como mexicanos tenemos un pasado común de conquista. A lo largo de los años las generaciones han guardado muy inconscientemente en su memoria un sentimiento de arrebato, de algo que les fue quitado.
Se las pongo muy simple: Imagina que eres un pueblo rico en cultura, ciencias, gastronomía y tiene su propia cosmovisión del mundo y un día llegan extraños de otro lugar y te dicen que todo eso es una mentira. Luego te someten, te quitan el lugar donde vives y te permiten vivir a cambio de que profeses una religión. Ojo 👁️ que yo no estoy en contra de ninguna religión, pero cuestiono toda forma de dominio ideológico y social a través de ellas.
En cierta parte nuestro resentimiento es histórico y hemos crecido sintiéndonos menos. A un niño nacido en Estados Unidos le dicen que es el mejor del mundo y merece lo mejor por el simple hecho de ser norteamericano. A un japonés lo educan para ser el mejor. A un alemán lo educan para dar todo hasta el final. En México sabemos que la mentalidad no funciona así.
Una clara prueba de ello podría ser la Selección Mexicana. Que le gana a puros países en vías de desarrollo y cuando logra hacer un buen partido en los mundiales lo remontan en diez minutos o pierde en penales. Como que los mexicanos nunca se programan para llegar más lejos y si lo hacen se sabotean a sí mismos como diciendo: no estamos preparados para merecer esto y luego se desconcentran y son derrotados.
¿Y qué pasa cuando la gente sobresale en algo? Pues entre otros mexicanos lo demeritan. No vayamos muy lejos, por ejemplo yo que he publicado libros y logrado vivir de mis obras, no falta quien me dice que tuve suerte, unos inventan que tengo dinero, otros que cualquiera lo pudo haber hecho. Pero rara vez decimos: lo tiene porque le chingó, triunfó porque se desvelaba y se la pasaba creando, perdió todo y volvió a empezar. Se nos hace más fácil demeritar a otros porque nos da un poco de consuelo a nuestras tristes vidas que a veces parecen bastante conformistas.
Y creo que una manera en volver a construir una fortaleza en nuestros pensamientos y autoestima, aparte de la terapia es, cuestionando nuestras propias creencias, viajar y hablar con desconocidos para ampliar nuestra visión del mundo y darnos cuenta que no somos tan diferentes y que en cualquier rincón hay alguien luchando por una causa y eso de alguna manera nos da un poco de esperanza para creer en que podemos forjar un propósito y hacer algo significativo para nosotros con nuestras vidas.
Quetzal Noah